
Formar una familia no es algo sencillo:
es como toda una galaxia llena de conexiones.
Mantener una familia unida (con o sin separación o divorcio de por medio) es posible si se tienen en cuenta estas premisas:
- Cada miembro de la familia tiene sus necesidades
- A pesar de las perspectivas diferentes, debe haber amor.
- Cuidar de uno mismo y de cada parte integrante de forma bidireccional entre todos es el comienzo.
Hay familias de todos los tipos pero todas deberían tener lo mismo en común: buscar todas las respuestas en el A·M·O·R.
SITUACIONES FAMILIARES QUE SE SUELEN TRABAJAR EN CONSULTA:
- Violencia del hogar (por parte de uno o ambos padres o por parte de los hijos).
- Falta de comunicación familiar.
- Aislamiento de uno de los miembros.
- Somatizaciones derivadas del mal ambiente familiar.
- Miedo o desconfianza en los demás miembros.
- Separaciones y divorcios.
- Búsqueda de diferentes objetivos en la familia.
- Comunicación autoritaria o absolutista por parte de uno o más miembros.
- Conflictos, discusiones y tensión constante.
- Falta de responsabilidad por parte de uno de los padres.
- Adicciones de los hijos: estupefacientes, redes sociales, ordenador, etc.
- Manipulación perversa o chantaje o faltas de respeto.
- Dificultades en la adaptación a los cambios.
- Gestión de las tareas cotidianas: estudiantiles o del hogar.
Cómo trabajamos con las problemáticas familiares:
1.- Se comienza por la escucha profunda y plena de cada miembro de la familia hacia cada parte integrante. Es importante que todos nos pongamos en el lugar de todos para entender las diferentes perspectivas o puntos de vista.
2.- Definimos un objetivo concreto por parte de cada miembro y un objetivo común para todos. Buscaremos la solución necesaria sin olvidar la importancia de las necesidades de todos.
3.- Crearemos un Plan de Acción para conseguirlo en el menor tiempo posible, teniendo en cuenta la necesidad personal y carácter de cada uno.
Para poder solucionar un problema familiar hay que ver más allá de lo superficial
Cada persona tiene un nivel de autoestima, un carácter y una personalidad concretos. A esto le sumamos cada base de relación y cada una de las pequeñas y grandes interacciones diarias. Según el tipo de familia creado o construido (hiperprotector, democrático-permisivo, sacrificante, intermitente, delegante o autoritario), se trabajará de una forma u otra según las necesidades familiares.
Además, cada vez se hace más necesario entender cómo funciona en realidad la comunicación, más allá de haber un emisor, un mensaje y un receptor. Porque no toda comunicación es igual independientemente de las palabras o frases que se utilicen.
Construir una familia se puede comparar con construir un edificio. Si nadie nos enseña cuáles son los pasos, en qué órden, qué tipo de materiales se utilizan y cómo funcionan entre sí así como las acciones a realizar, difícil nos sera crear algo que no se derrumbe ante las condiciones externas (o incluso internas). Por eso para mí es tan importante mostrar cómo funciona tanto la comunicación como la metacomunicación, además de la empatía y el entendimiento profundo del resto de miembros y por parte de todos.
PARA PEDIR CITA LLAMA AL (+34) 722 133 000
“Los sentimientos de valor sólo pueden florecer en un ambiente donde se aprecien las diferencias individuales, se toleren los errores, donde la comunicación sea abierta y las reglas sean flexibles, el tipo de ambiente que se encuentra en una familia cariñosa.”
~ Virginia Satir
Mi práctica privada acepta la diversidad y la considera un derecho:
Orientación sexual • Raza / Cultura / Etnia • Espiritualidad • Género • Discapacidad