A lo largo de cada proceso surgen una serie de acciones, pensamientos, sentimientos y emociones muchas veces difíciles de compartir con la familia o las amistades.

Algunas de estas situaciones son:

• Pensamientos obsesivos: miedos específicos por la salud, el bienestar, etc.
• Agobio, ansiedad o angustia por el requerimiento del pequeño.
• Situaciones que no tienen que ver directamente con la maternidad pero que afectan a ésta (problemas de pareja, familiares, laborales, etc.).
• Ansiedad o depresión previas al embarazo o gestados durante éste o después.
• Miedo a procedimientos médicos relacionados con la maternidad.
• Temor de no saber cómo enseñar o aconsejar a los hijos.
• No saber cómo sobrellevar la falta de expresión, muestra exacerbada de emociones, bullying, baja autoestima y muchas otras cosas que, aunque se presienten en los niños, no son fáciles de abordar sin ayuda externa.

Son muchas las emociones vividas a lo largo de este emocionante camino que, no tiene porqué estar enlazado al miedo o el estrés del “no saber cómo” si eliges tener a alguien especialmente cualificado a tu lado para darte la mano, apoyarte e incluso abrazarte cuando lo necesites.